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jueves, 29 de diciembre de 2016

Los objetos amorosos

En la última edición de Lesgaicinemad, recientemente finalizado, hemos podido ver la película “Los objetos amorosos”, del director español Adrián Silvestre y con la participación de las actrices Nicole Costa y Laura Rojas Godoy, esta última galardonada con el premio a la mejor interpretación femenina en dicho festival. El film narra la relación entre Luz (Laura Rojas Godoy), una mujer colombiana que emigra a Roma para intentar mejorar sus condiciones de vida, y Fran (Nicole Costa), una mujer chilena poco convencional y poco sujeta a las normas sociales. Entre ellas surgirá, primero una amistad, que dará paso a una relación turbulenta llena de adversidades.


TEASER Los Objetos amorosos


La primera parte de la película es un retrato de la dureza de la inmigración en Europa, en ocasiones, adoptando una estética documental. Acompañamos a Luz en su llegada, viendo cómo pierde todo lo que traía consigo en cuanto pone un pie en Italia, lo que le obliga a aceptar un trabajo precario y un alojamiento más precario aún.

Todo cambia en su vida con la llegada de Fran y el resto de la película girará alrededor de la relación entre ambas mujeres. A través de los personajes de Luz y Fran, vamos a ir desentrañando lo que es una relación tóxica, para lo que he contado con la colaboración de Isabel González Sáez, psicóloga y responsable de la asesoría de conflictos entre parejas del mismo sexo de COGAM.

Desde que se conocen, la vida de Luz se vuelve del revés, llegando a no tener nada, ni trabajo ni techo bajo el que vivir como consecuencia de acciones provocadas por Fran, aunque ésta lo enmascare como una manera de ayudar a Luz.  En opinión de Isabel González Sáez, “esto suele pasar porque la persona ¨tóxica¨busca que la otra persona dependa de ella, se produce una dependencia en la relación,con lo cual sí que es normal que le haga ver que la está ayudando y que es por su bien,hasta llegar incluso a convertirse en una especie de “salvadora”. No es una relación basada en el amor sano, sino en la necesidad.De ahí que Fran intentará que Luz sienta que no puede hacer nada sin su ayuday que dependa de ella para casi todo”. Luz llegará a pensar que Fran solamente la está intentando ayudar y que quiere que esté a su lado. Al haber llegado a no tener apenas nada, si siente que tiene a Fran a su lado y esto la ayuda a continuar, su objetivo será no perderla. Se produce por parte de Luz un miedo intenso a que Fran se vaya o la abandone, esto es común en las relaciones tóxicas. Y como en todas las relaciones de pareja, hablando de dos, lo que se produce dentro es algo bidireccional, no solamente la sensación de dependencia y el miedo al abandono vendrá de una parte. En este caso es Luz quien muestra lo muestra en mayor grado, más también Fran en gran medida.

Luz y Fran entran de esta manera en una espiral negativa y decadente, de la que parecen disfrutar al principio, revistiéndola de libertad. “Al principio crees que la relación va bien, estás en una nube y no te das cuenta de lo que está pasando realmente”, continua Isabel, “más tarde, las personas implicadas empiezan a usar más la parte racional que la sentimental y a percibir la realidad de la relación”.Al dejar de hacer cosas individualmente y hacerlas junto a la pareja, es un mito de que ¨las parejas cuando hay amor tienen que hacer todo juntas¨, cuando la realidad es que es muy importante tener espacios individuales, se trata de compartir sanamente, sin dejar de ser uno mismo.

Llega un punto en el que la existencia de Luz y Fran se traduce en decadencia y miseria, especialmente por la impulsividad, malas reacciones y malas decisiones de Fran, aunque ella se ve como la única persona que está haciendo algo para que la pareja salga adelante, acusando a Luz de no ayudarle en nada y de tener una mala actitud. Según Isabel González Sáez “las personas tóxicas suelen tirar balones fuera, en el sentido de no responsabilizarse de sus acciones y culpabilizar ala otra persona de la relación”, en este caso Luz llegará a creerse que es culpa suya y que tiene que cambiar para que la relación vaya bien y para que Fran cambie su actitud con ella, esto ocurre a menudo en las relaciones en las que hay conflicto, si crees que es tu culpa lo que está ocurriendo tratarás de cambiar tú, cuando la realidad es que son ambas y en este caso la responsabilidad de lo negativo es de Fran. También partimos de la base de que en una relación de pareja sana no hay culpabilidad, sino responsabilidad.

Por lo tanto, en esta pareja se pueden ver claramente dos personalidades diferenciadas. Por un lado está Luz, persona algo ingenua e inocente, deslumbrada por el desparpajo y el descaro desmedido de Fran, adoptando de este modo el rol de persona dependiente y llegando a necesitar la opinión de Fran para todo. “Esto se da incluso en decisiones muy superfluas, desde qué me pongo hoy a qué te parece la comida, si a ti no te gusta a mí tampoco”, comenta Isabel González Sáez, “, las características básicas de una persona dependiente son la inseguridad, baja autoestima, ansiedad, miedo al abandono, tristeza… pero sobre todo la necesidad de que el otro esté a cualquier coste, incluso renunciando a ser quién es, de ahí la frase y el sentimiento de pérdida de sí mismo en relaciones negativas que se mantienen y acaban. Cualquier persona sana puede convertirse en una persona dependiente en un momento dado de su vida atendiendo a las circunstancias vitales y de la relación que establezca”. No hay unas circunstancias específicas para ser dependiente en la relación de pareja o no serlo, ni el dinero, ni el género de la persona, ni la edad etc., tampoco es que siempre esa persona se va a comportar de manera dependiente, puede ser dependiente de una relación y no haberlo sido anteriormente, ni volver a serlo en las demás. Ni que sea dependiente en los demás aspectos de su vida, más que de su pareja. Y es positivo añadir que se puede salir de esta dependencia si la persona pone de su parte y que se puede prevenir para no establecer una relación en la que te comportes de esta manera.

Fran, por otro lado, es una persona egoísta y narcisista, que no tiene nada real que ofrecer a nadie, ya que sólo vive de quimeras. Para Isabel González Sáez, “la persona tóxica puede tener mil características: puede ser una persona dependiente, que es tóxica porque tiene miedo al abandono o al rechazo y provoca ese acercamiento para que el otro dependa más; puede ser una persona egoísta, puede ser una persona con alta o baja autoestima… no nos encontramos ante un patrón determinado”. Un mito es creer que las personas que se comportan así en las relaciones tienen alta autoestima y que no sufren las consecuencias de sus acciones, ya que tras una relación pueden empezar otra sustituyendo a la persona a la que han tratado de esta manera, obteniendo otra relación que dominar, más esto no siempre es así. Y hay muchas personas que han solicitado ayuda al darse cuenta de lo que les estaba pasando, de que no querían continuar siendo de esta manera en sus relaciones de pareja y que querían cambiar esta parte negativa de ellas, haya acabado esta relación o continúe. Y hay otras personas que pese a darse cuenta, pueden llegar a sentirse víctimas de la situación, pensando que la otra persona es la culpable de dejarles y que ellas no han hecho nada malo salvo intentar ayudar a su pareja, como le ocurría a la protagonista de la película. 

Por último, el consejo de Isabel González Sáez para personas que están en una relación tóxica es el siguiente: “no es fácil reconocer que se está en una relación conflictiva y menos de violencia psicológica, no se le da importancia, se cree que va a cambiar para bien, que dejar la relación no tendrá consecuencias para ellas, pero amar no es sufrir y cuando la relación no va bien y están pasándolo mal e incluso antes de dejarla, aconsejo pedir ayuda en su entorno más cercano y sobre todo a profesionales, aunque piensen que pueden hacerlo sin ayuda, siempre será más positivo y tendrá menos consecuencias negativas esta ayuda sobre lo que están viviendo y van a vivir”.

Los que habéis visto la película, no sé si tendréis la misma visión que tengo yo de ella; los que no la hayáis visto, espero que os haya picado el gusanillo y hagáis por verla. Pero, ante todo, el propósito de este artículo, es el que todos podamos reconocer lo qué es una relación tóxica y las maneras de poder salir de ella.

Miriam Guijarro Río
Voluntaria en Información LGTB+ y COGAM TV

Isabel González Sáez
Psicóloga de la Asesoría de Conflictos entre parejas del mismo sexo de COGAM

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